viernes, febrero 09, 2007

Textos de fa temps: Uzbekistán (Samarcanda, Khiva, Bujara)

POR LOS SECARRALES DE UZBEKISTÁN (17 poemas y un epílogo)


I
Telesilla en las montañas,
lagos, pantanos, cabañas...
Un constante ir y venir
por esa carretera
que sale de la capital uzbeka
y luego entra.
¡Eureka, eureka!
Volvemos de nuevo a Tashkent,
siempre volvemos. Aaaaaaaaamén.


II

Cena memorable,
mantel blanco brillante,
copas talladas, filo de oro,
palafito en el jardín,
palafito al aire libre.

Frutas maduras,
panes sagrados,
sopa de hinojo,
brisa nocturna,
vodka a mansalva,
olor a flores,
ruido del agua.

Son nuestros vecinos
gritos de niños,
estrellas y sombras negras.
Dormiremos en las cabañas
que por campestres son casas
de cucarachas, moscas y arañas.





III

Tres oasis en el secarral de Uzbekistán,
sueño del viajero ancestral,
tres oasis en la ruta de la seda:
Samarcanda para la fiesta,
Bujara ,faro sin mar,
y Jiva, para pensar.

Tres oasis que aún están
en el secarral de Uzbekistán.



IV
Caravana inmóvil:
filas de moreras
y campos de algodón
delimitan la carretera.

Camiones con melones
y sandías a montones
circulan sin tregua
en todas direcciones.











V

Els jardins de Samarcanda
evoquen la memòria
de flors fetes cabòria
pels poetes del passat.
I el temut Timor és ara estàtua,
ja no pot tallar més caps
ni inventar-se cap venjança.
Els jardins de Samarcanda
evoquen la memòria
d’unes aromes que la història
de la llegenda ha fet veritat.


VI

S’emmirallen llums del sol,
s’emmiralla llum de lluna,
s’emmirallen focus de nit
a les cúpules vidriades
on les rajoles són infinit.


VII

(En el mausoleo de Tamerlán, de noche)

Quieto el mausoleo
inmóvil el cielo,
se asoma la luna para ver en directo
la cena de un gato
que atrapa a un escarabajo
escaleras abajo.

De fondo, el canto de los grillos,
y una historia de siglos
con ingentes crueles sacrificios.



VIII

Mosaicos bajo la noche
reflejan la luz
de focos halógenos con tendencia al azul.


IX

(Todo es relativo)

Mezquita de Chasmá,
mezquita del Viernes,
junto al albaricoquero
con cúpula coronada
por mosaicos azules,
pero mirada contra el cielo
parece cubierta
de azulejos muy verdes.

Perspectivas diferentes
generan controversias
y convierten las certezas
en dudas someras.









x

Matolls del desert
amb fulles d’agulla,
matolls del desert,
del verd a l’argent.

Sorra torrada per sota.
I a dalt, cel immens


XI


Noche de agosto,
luna llena,
estrellas voladoras,
deseos de paseo,
luces fugaces por el cielo
sobre las yurtas de sauce y de fieltro,
sobre esos viejos vagones de tren...
Sobre mi propio sueño.


XII
Un día en el lago Aydarkul


Osados aventureros
intrépidos sobre camellos
marchan por el desierto
hacia aquel lago anunciado.

Agua transparente para un baño deseado,
rayos ardientes del sol,
toldo blanco raído, escaso,
dos árboles y un arbusto
proyectan sombras
sobre un perro durmiente
que se sabe contemplado.

Las horas muertas
pasan muy quietas;
el dia es largo
a orillas del lago.

Y el halo de paciencia
bajo el calor
se ve premiado
en el ocaso
con jamón de excelencia
procedente de Valencia.

XIII

Cometas caseras,
de papel y maderas
vuelan por encima
de patios, mezquitas,
cúpulas, medersas,
aljibes, murallas,
bazares, calles,
el estanque y la plaza.

Cometas caseras
sobrevuelan Bujara.
Es, seguro, excelente la vista
volando desde arriba.



XIV

Con algunos camellos
tres emires partieron
en caravana a occidente
por el desierto con su gente,
parafernalia de alta alcurnia
y los tesoros en sendos cofres.
Seguían el brillo de aquella estrella
y patentaron desde oriente
la cabalgata de pajes y Reyes
que nos trae ilusión y juguetes.

Nacieron Sus Majestades
por estos parajes,
rendían culto antiguo al fuego
y serán para siempre
los sabios magos del tiempo.





XV

Ojos transparentes,
bazares andantes,
cejijuntas algunas,
dientes de oro brillantes,
cabelleras oscuras
arco iris en las telas,
andares de seda
en la mano el saludo
y la sonrisa en la voz.




XVI

Jiva

Color ocre a les parets,
color ocre a tots els sostres,
vidriats els minarets
i muralles de cremallera
que semblen fetes per tancar
el tresor que és la ciutat sencera.




XVII


Y se cierra un episodio
al regresar
a este mundo sedentario,
y despacio olvidar
que sería necesario
vivir mil años luz
para empezar a ser un sabio.










EPíLOGO


En el museo de arte uzbeko
patio central, suelo marmóreo,
alfombras esparcidas
bajo un roble milenario
de hojas apiñadas como coles
y ramas de altura inacabable.

Es la zona sombreada
del calor más alejada.

Que me aporte aquí el destino
muchos mediodías,
pues con este microclima
puedo estar semidormida
y hacer volar sin alas
al santuario de los sueños
la alfombra y mis deseos
viendo casi todo el panorama.







Agost 2003

No hay comentarios: